C8375p
C. R Ministerio de Educación Pública
Programa de
estudios Filosofía:
Educación Diversificada / Ministerio de
Educación Pública. - San José, C.R. :
El Ministerio, 1996.
MINISTERIO DE EDUCACIÓN
PÚBLICA
Dr. Eduardo Doryan Garrón Ministro
de Educación Pública
María Eugenia Paniagua
Padilla, M.B.A. Viceministra de Educación Pública
Lic. Stéfano Arias Ocampo Viceministro
de Educación Pública
Aprobado por el
Consejo Superior de Educación en Sesión 36-96 del 9 de Mayo de 1996
COMISIÓN
REDACTORA
Patricia Carvajal Alvarado - Coordinadora COLABORADORES Asdrúbal
Marín Flora Salas
I. FUNDAMENTACION
1.
Política Educativa hacia el Siglo XXI.
La política educativa es la organización de los
principios filosóficos identificados en el marco jurídico, en un todo coherente
y consecuente, que permita al sistema educativo concretar los mandatos que se
desprenden de este marco jurídico, según los interpreta el Consejo Superior de
Educación.
1. La ética del desarrollo.
2.
La política social.
3.
El marco jurídico.
1. La ética del desarrollo
Cuatro ejes
fundamentales conforman la visión de un desarrollo sostenible que sea congruente
con la nueva concepción de humanismo y de la ética del desarrollo: la
sostenibilidad ambiental; la sostenibilidad del recurso humano;
a sostenibilidad
social y política y la sostenibilidad económica y productiva.
Sostenibilidad
ambiental
Toda actividad
humana se da en el contexto de las relaciones entre la sociedad y la
naturaleza. El desarrollo necesariamente involucra una transformación de esas
relaciones. La relación de las personas con la naturaleza es uno de los más
importantes aspectos de cualquier estrategia desarrollista.
La ética del
desarrollo debe hacer explícita la relación entre población, recursos físicos y
territorio. Procura la formación de ciudadanos capaces de incorporar criterios
como la relación entre durabilidad y costo en sus decisiones de consumo,
conscientes de que el corto, mediano y largo plazo empiezen en el mismo
instante y, por tanto, sus decisiones tienen efectos que trascienden los
límites de su propia generación.
Sostenibilidad
del recurso humano
La inversión en
recursos humanos permite actualizar el desarrollo, aumentar la equidad,
reforzar el tejido social y unir, hacia adentro, a una nación para emprender
las tareas de la inserción internacional. La educación permite a las personas
conocerse a sí mismas y a su entorno nacional e internacional, y aumentar su
cultura como consumidor, productor y ciudadano. La sostenibilidad del recurso
humano debe sostenerse sobre la base del cuido de la salud integral del recurso
humano (mental, física y fisiológica).
La ética del
desarrollo debe contribuir al cierre de las brechas concentrando los mejores
recursos en aquellas áreas donde hoy están concentrados los sectores más pobres
de la sociedad. Es poner los instrumentos de movilidad social más fuertes,
donde están los más débiles.
La sostenibilidad del recurso humano y el reto de su
formación integral obligan a la educación a formar ciudadanos:
con pensamiento creativo, flexible, crítico e
independiente.
Capaces de "aprender a aprender"
Sostenibilidad
social y política
La sostenibilidad social y política implica la integración de
distintos esfuerzos, como el desarrollo personal y colectivo; la transformación
del Estado, centrando la discusión en la calidad, cobertura y eficiencia en la
prestación de servicios básicos y estratégicos; el perfeccionamiento de las
libertades políticas, como medio de garantizar la participación de la sociedad
en la identificación y solución de problemas, consolidar
la igualdad sobre géneros, para revertir discriminaciones
estructurales, ampliar canales de participación de la mujer,
fomentar el respeto a la diversidad cultural y étnica dentro de la
globalización y simplificar y dar transparencia a los procedimientos y acciones
de gobierno, para disminuir sustancialmente las fuentes de la corrupción.
La ética del
desarrollo debe contribuir a desarrollar un ciudadano consciente de sus
derechos, pero también de sus deberes, que está dispuesto a asumir como suyos
los problemas particulares de su comunidad, en particular los relativos a los
vínculos entre el entorno físico y el social.
Sostenibilidad
económica y productiva
La mayoría de los
sistemas políticos ha tenido el crecimiento económico como su principal objeto
y ha seguido estrategias de desarrollo adaptadas a este propósito con consecuencias
ecológicas devastadoras.
El desarrollo
sostenible solamente se alcanzará en la medida en se complemente la estabilidad
macroeconómica con esfuerzos en lo microeconómico que permitan aumentar las
mentes de empleo, la eficiencia y la competitividad a nivel de las empresas,
con base en procesos productivos intrinsicamente austeros, que hagan uso
eficiente de la energía y de los recursos.
La ética del desarrollo conforme a la perspectiva
axiológica de la respuesta de la política educativa a las demandas de la crisis
que presenta el tránsito al Siglo XXI, son su revolución científico-tecnológica
y su cambio de paradigma económico y ecológico.
Esta ética del
desarrollo propicia la formación de un ser humano integral que pueda manifestarse
en múltiples dimensiones.
La
política social
En la Segunda
Proclama de la guerra civil de 1948, don José Figueres F, logró concretar, en
muy pocas palabras, la política social de la Segunda República, diciendo"
El nombre de la estrella que nos guíe debe ser, costarricense, el bienestar del
mayor número". En una sociedad como la costarricense, donde uno de los
fundamentos de su identidad nacional lo constituye su sistema político, el
desarrollo de la equidad, especialmente en la igualdad de oportunidades
educativas, se constituye en el fundamento de la democracia social. Desde la
perspectiva del desarrollo sostenible, la educación costarricense enfrenta tres
grandes retos:
Un reto social, que consiste en hacer de la educación un
instrumento eficaz para cerrar la brecha entre las clases sociales, crear
nuevas oportunidades de ascenso social y suscitar la participación activa de
todos los costarricenses en la solución de los problemas.
Un reto ético, para que la educación fortalezca aquellos
valores y actitudes que le den a lo económico y a lo social un sentido
altruista, inspirador y humanista.
Y un reto ambiental, para que la educación reproduzca un
desarrollo que armonice las relaciones entre el hombre y la naturaleza, y de un
sentido de responsabilidad a los actuales habitantes con respecto a las
necesidades de las futuras generaciones.
Entre los más
grandes problemas de la educación aparecen la reprobación o pérdida del curso,
los aplazamientos y la deserción escolar, que voltean a la democracia horizontal
de la escolaridad nacional.
El
marco jurídico
El marco jurídico
está constituido primordialmente por la Constitución de la República, la cual
orienta y delimita la acción del Estado en materia educativa: la Ley
Fundamental de Educación, eje constitutivo y doctrinario de los principios
filosóficos que orientan a la política; y con lo dictaminado en materia por el
Consejo Superior de Educación, como instancia responsable de interpretar,
dispone y velar por el cumplimiento de esta. La otra fuente, por la lectura
prospectiva de la realidad y en concordancia con el marco jurídico,
está definida por una visión de la ética del desarrollo que indica el camino
hacia el encuentro de la relación ser humano - naturaleza, desde el punto de
vista de los valores, a nivel personal y social.
Naturaleza
de la Filosofía y su aporte al currículo escolar.
Se ofrece en el presente programa una panorámica de la
situación actual de la Filosofía, una serie de reflexiones sobre los problemas
fundamentales de la persona, de la Epistemología, de la Antropología
Filosófica, de la Etica y Política, que despiertan mayor interés en nuestros
días y que tienen el común denominador de estar relacionados con la persona
humana.
Esencia
y finalidad de la Educación Secundaria.
Se puede explicar la existencia y la
naturaleza de la Educación Secundaria por la Filosofía del hombre, porque el
deseo más profundo, la aspiración más honda del ser humano es el afán de
conocer la verdad. El hombre tiene la vocación de conocer y de vivir de acuerdo
a la verdad conocida.
La verdad, sin embargo, no se ofrece al
hombre gratuitamente, sino que debe conquistarla. Para hallarla debe cumplir
dos condiciones previas. La primera es la aceptación de que la realidad posee
una verdad propia y de que el conocimiento humano es capaz de expresarla, es
decir que su conocer no es subjetivo, sino manifestativo de la verdad de la
realidad.(Canals,64 y ss).
El segundo requisito es que debe buscarse la verdad
integral. Hay que explorar todos los aspectos de la naturaleza y del hombre.
Principalmente de este último. Si no se pretende la verdad total sobre el
hombre, si se persigue únicamente una visión parcial de la persona, se pierde
de su dignidad.
Se advierte fácilmente que el fín principal de la educación
está relacionado con la verdad, ya que con ella se procura la transmisión
desinteresada de la verdad en todos sus aspectos. Podría entenderse la historia
del hombre como una especie de ascensión por la escala del saber dirigida al
conocimiento del mundo y del hombre y sus misterios. En este proceso se habrían
dado avances y retrocesos, totales o parciales. En nuestra época,
independientemente de si se progresa o regresa en el trepar cultural, hay un
gran afán de saber, mucho más generalizado y con mayor deseo de profundidad que
en otros momentos de la historia. Puede, por ello, afirmarse que la misión de
la educación es más necesaria que nunca.
La verdad no sólo es una necesidad social, porque
satisface el deseo de saber, sino también por la consecuencia de su posesión:
la libertad. La verdad hace libre a la persona, la hace auténticamente humana.
Desde esta
perspectiva filosófica y humanística, es posible definir la actividad educativa
por su misión: formar hombres por el hombre y para el hombre. Por la gran
responsabilidad que supone, esta actividad humana debe realizarse regulada por
dos virtudes imprescindibles: la honestidad intelectual y la seriedad
académica.
La transmisión de la verdad, fín principal de la Enseñanza de la
Filosofía, y de toda la educación consiste en la instrucción y la formación
humana. La educación no consiste únicamente en informar, sino también en
formar. La Educación no está destinada exclusivamente a iniciar la preparación
de científicos o profesionales, sino que al mismo tiempo debe procurar su
formación humana, que es el fundamento indispensable para que los científicos o
técnicos puedan construir un mundo cada vez más digno del hombre.
Su misión es la de
promocionar todos los valores culturales y espirituales del ser humano y, por
tanto, en ayudarle en lo que tiene de modo más profundo y de mayor valor: su
humanidad. Para ello, en la Educación se proporcionará la unidad del saber, una
síntesis armónica de todos los conocimientos.
Función
de la Filosofía.
Esta unidad superior del saber o visión global de la realidad, que da
sentido a todas las ramas del conocimiento científico, se obtiene por la
Filosofía. Es preciso, por tanto, el cultivo de la ciencia filosófica, que
asume todas las ramas del saber en el interior de una visión global de la
realidad, dándoles con ello sentido.
La Filosofía, al asumir todos los conocimientos en la unidad de sus
causas últimas, evita que los saberes queden desarticulados intrínsecamente,
sin verdaderos lazos de unión.
La Filosofía, por examinar las causas últimas de toda la realidad, es
sabiduría, ya que, como indicaba Santo Tomás, la sabiduría considera las causas
supremas. Por ello, continúa explicando la Filosofía, o el grado acerca de
todas las verdades, porque no puede darse un juicio perfecto y universal, a no
ser por resolución a las primeras causas". (Santo Tomás,S.th.,I-nq57a2).
Al explicar cómo es y cómo debe ser el hombre, la Filosofía, o
sabiduría humanística, contribuye al desarrollo de la persona en orden a su
perfección. La realización del humanismo, en cualquiera de sus modos posibles,
es la cultura, que, por tanto, si es auténtica, debe ayudar al crecimiento
humano, a la maduración del hombre en cuanto hombre. De este modo la cultura
tiene su origen en el hombre, en su capacidad filosófica, y su destinatario. La
cultura es del hombre y para el hombre. Y, por esto, debe también afirmarse que
la sabiduría es creadora de cultura.
El progreso de las ciencias y las técnicas que ha provocado en todo el
mundo, con mayor o menor profundidad grandes transformaciones en todos los
órdenes de la vida humana, y que incluso, por ellas, se habla de que se ha
entrado en una "nueva era" de la humanidad. Todos los avances
conseguidos gracias a la técnica y a la ciencia revelan la grandeza del hombre
y de su capacidad de aprovechar y encauzar las propiedades de la naturaleza.
Aunque el promotor y el autor de este progreso real sea el hombre, en
nuestros días el mismo hombre se pregunta si hace más humana su vida en todos
los aspectos. El hombre actual interroga al progreso científico y técnico si le
hace mejor, es decir, si con él es más consciente de su dignidad, si es más
maduro espiritualmente, si es más responsable, si es más abierto hacia los
demás, más disponible para ayudar, en definitiva, si mejora como hombre.
De todas las repuestas, se deduce que la cultura humana está
atravesando una alarmante crisis. Parece que el origen de esta crisis de la
cultura se encuentra en otra más profunda: una crisis de valores. Ya no se
confía en los valores o han perdido su sentido. En su base, sin embargo, se
descubre una crisis filosófica, y, por tanto, la crisis del humanismo.
Una segunda consecuencia de la crisis filosófica es la sustitución de
la verdad por una postura subjetivista. Donde más se evidencia el subjetivismo
es en el terreno moral, pues se ha reemplazado la ética objetiva por una ética
individual, que hace que cada hombre sea su propia norma de su acción y que, si
se admite algún valor objetivo, sea la eficacia. El hombre actual cada vez más
se siente sin seguridad alguna en una sociedad que, sin Filosofía, ya no le
ofrece certezas e ideales.
Otra consecuencia es la contribución al fomento del hedonismo y el
consumismo en la sociedad, que parece borrar en el ser humano su dimensión
espiritual. De ahí, que, por último, la crisis de la Filosofía ha conducido a
que la sociedad no pueda ofrecer a sus miembros un proyecto auténtico, y, por
ello, atractivo, de humanidad. Posiblemente éste sea uno de los principales
motivos de la insatisfacción de la juventud y de sus consiguientes huidas y
dispersiones desordenadas de la sociedad.
Probablemente hay una salida a esta situación: una renovación profunda
de la cultura desde una sana doctrina filosófica, que fundamente el auténtico
sentido del hombre, profundizando en la tradición cultural, y que integre a las
ciencias y a las técnicas en este marco humanístico, para que construyan un
mundo más digno del hombre, en todos los aspectos. De este modo se subordinarán
y estarán al servicio del hombre, y no a la inversa, pues, como decía Séneca,
es "res sacra", algo sagrado (Séneca, Epistolae morales ad Lucidium,
95,33).
Las crisis de la ideología científica, que afirmaba la autosuficiencia
de su proyecto y su carencia de límites, no debe conducir, por consiguiente, a
una desconfianza total en la razón humana.
No parece que éste sea el procedimiento para encontrar una salida a la
crisis. El que la ciencia no haya podido dar respuesta a todas las preguntas
que se plantea el hombre, simplemente prueba su limitación y la necesidad de la
Filosofía. En definitiva, que el futuro del hombre, e, incluso del mismo mundo,
amenazado también por la ciencia y la técnica, cuyos peligros han señalado los
movimientos ecologistas, los que se preocupan por el medio ambiente, por la
energía nuclear, etc., depende de la cultura.
La
docencia y la Filosofía
El fin esencial del curso de Filosofía en Educación diversificada es
la transmisión de la verdad en todos los sectores. Esta misión docente es
educativa, porque no solo se concentra en la instrucción o información del
saber, sino también, y como fundamento, en la formación educativa o formación
de la conciencia humana. Esta doble tarea pedagógica tiene su único origen: el
afán de la verdad.
Se pretende, por tanto, formar científicamente a los estudiantes para
que puedan acceder a un nivel superior de conocimiento, que les permita poder
ejercer una determinada profesión.
Es necesario también que el aprendizaje de las ciencias sea exigente.
Debe pedirse a los alumnos dedicación al estudio, perseverancia y disciplina en
el mismo, y, por tanto, sacrificio, que son también necesarios en la labor
educativa.
Por último, los estudiantes deben ver en el profesor un ideal vivo de
su vida intelectual; que, por tanto, tendrá que ser competente, tanto
científica como didácticamente, honesto intelectualmente. También es necesario
que el profesor posea una formación humanística, que le haya permitido integrar
vitalmente sus conocimientos científicos en la visión filosófica del mundo y
del hombre. En pocas palabras que sea un maestro.
La educación
filosófica en secundaria debe inducir, a una reflexión personal y a una opción
responsable y madura ante los actuales problemas.
La finalidad educativa de la Enseñanza Secundaria, en último término,
debe permitir y facilitar la inserción de la ciencia en el contexto más amplio
de la Filosofía, que con su concepción de la existencia humana fundamente la
vida del hombre dándole un sentido.
Siempre la educación ha sido necesaria para el hombre. Es un fenómeno
típicamente humano, pues únicamente el hombre puede y debe educarse. Por la
educación el hombre puede comportarse de acuerdo con lo que es, una persona
humana, y por ello, de un modo más individual, siendo más completamente un
"Yo". La educación hace que el hombre, que ya es persona, por el
hecho de ser hombre, también lo sea a nivel intelectual y mora, tal como lo
exige su ser personal.
Por lo mismo,
es también necesaria la Filosofía, porque la educación, por procurar guiar al
hombre hacia esta finalidad personal, depende de la concepción del hombre. Sin
el conocimiento de lo que es en cuanto tal y de cuál es su destino o meta
última, no puede ayudársele a conseguirlo. Sin el humanismo no es posible la
educación sólo una instrucción, y aun incompleta. Pero el humanismo o el saber
sobre el hombre lo proporciona la Filosofía, la cual, por tanto, se revela así
como indispensable para situar el problema de la educación.
Con la
recuperación de la visión filosófica se puede ayudar a madurar a la persona, a
que pueda llevar todas sus aptitudes y posibilidades a una completa y perfecta
actualización. Lo cual puede conseguirlo asimilando personal y profundamente
los valores absolutos, que le trascienden.
Una
formación humanística requiere de la Filosofía. Pero quienes estamos hoy con la
responsabilidad de la enseñanza de la filosofía, necesitamos una franca
meditación sobre lo realizado y sobre lo que se debe realizar. Ningún
profesional, menos aún el profesor de Filosofía, debe soslayar el análisis de
los alcances de su acción. El valor de la Filosofía, en su función rectora
dentro de la sociedad; esta convicción, sin embargo, no es general.
Es imperativo hacerla general. Por esto, esta convicción
debe extenderse a los estudiantes y compañeros mediante la dedicación, el
trabajo y la calidad en el aprendizaje de la Filosofía.
asimilando personal y profundamente los valores absolutos, que le
trascienden.
Una formación
humanística requiere de la Filosofía. Pero quienes estamos hoy con la
responsabilidad de la enseñanza de la filosofía, necesitamos una franca
meditación sobre lo realizado y sobre lo que se debe realizar. Ningún
profesional, menos aún el profesor de Filosofía, debe soslayar el análisis de
los alcances de su acción. El valor de la Filosofía, en su función rectora
dentro de la sociedad; esta convicción, sin embargo, no es general.
Es imperativo hacerla general. Por esto, esta convicción
debe extenderse a los estudiantes y compañeros mediante la dedicación, el
trabajo y la calidad en el aprendizaje de la Filosofía.